viernes, 29 de noviembre de 2013

49ª BEHOBIA-SAN SEBASTIÁN

10 de noviembre de 2013

20km / 1h36m31s / 4m50s x km


Ala, pues otra más. "Siempre" (ya llevo tres, con esta) es un gustazo esta carrera. No sólo por la carrera en sí, sino por todo lo que conlleva: viaje, ciudad y entorno, ambientazo. De hecho, la prueba deportiva empieza a ser una excusa.

En esta ocasión ibamos a subir tres parejas y al final fuimos mi chica y yo nada más. El Mario y el Fernan causaron baja, y es que la vida a los 40 ya es muy complicada. Aquello de apuntarse a una carrera dos días antes y salir con el coche a donde fuera a ver qué pasaba fueron tiempos buenos, pero ya más pretéritos que los estiramientos con rebotes.

El programa habitual: Salir por la mañana temprano, kilómetros y kilómetros sazonados de putos peajes y abundantes radares recaudatorios. Llegar a Donosti, esta vez se recogían los dorsales en el velódromo de Anoeta, al lado del estadio del mismo nombre. Todo genial organizado, aunque la puerta de entrada era la de "de servicio" y costó un poco encontrarla. No tuve problema para recoger los dorsales de los rajaos, por lo menos que les pudiera llevar la camiseta. Una lástima no haber podido vender su dorsal a algún participante que le interesara, pero no dio tiempo a anunciarlo debidamente.

Se me pasó por la cabeza ponerme sus chips en mis zapas al día siguiente en la carrera, para así "correr juntos" pero luego deseché la idea por parecerme sentimentaloide...ni que hubieran desaparecido en un tsunami, joer.





El hotel lo teníamos en Hondarribia, así que como ya conocíamos San Sebastián, nos tomamos los pintxos allí, que tampoco los hacen mal, a fe mía. Llegamos con la cocina del bareto que elegimos a punto de cerrar, pero nos hicieron lo que les pedimos sin problemas. Unas cerves y unos buenos platos después, ya estábamos listos para la siestaca de la víspera de la carrera. Un bonito paseo por la zona del puerto y la tarde-noche en el hotel, seguimos sesteando y disfrutando del noble arte de hacer nada, todo un lujo si eres padre y has soltado a tus tiernos infantes con los abuelos. Eso sí, lloviendo sin parar, lo que era un presagio bastante cabrón para el día siguiente.

La carrera

Eh, antes que nada, desayunar. El desayuno de la Behobia ha de ser super contundente. No empezaría a correr hasta tres horas más tarde, así que a fundir el bufé del hotel. Un corredor (a las siete y media de la mañana eramos todos corredores o acompañantes en el salón de desayunos) se me quedó mirando sorprendido al ver la mesa repleta de comida, me dieron ganas de aconsejarle que hiciera lo mismo porque estaba sólo con un zumito, pero pasé; no soy de meterme donde no me llaman.




Me llevó mi chica hasta la estación de tren de donde salen los autobuses lanzadera que llevan a la salida. Ahí ya empezaba el ambiente. Es gracioso ver tanta gente con mallas en un transporte público. Nos dejó el autobús a más de un kilómetro, joer, pues vaya, cosas de la organización de un evento tan masivo. En fin, tampoco es que hubiera prisa. El tiempo, lluvioso y sobre todo, ventoso.



Dejar la mochila en los camiones, un momentín. Buf, ahora me queda una hora de hacer el moñas hasta que salga. Por suerte, tenía el poncho de plástico para no enfriarme. Comí un plátano, fui a mear, me dí una vuelta, fui a mear, me di otra vuelta...ahí es cuando más eché de menos a los compañeros del metal. Después de mear por tercera vez y de darme otra vuelta, un par de fotos y ya parece que se anima el tema.

Salen los de las sillas de ruedas de carreras. Impresionante ejemplo de superación y gusto por el deporte, siempre emociona ver a esta gente.

Los patinadores...no me gustaría verme en su pellejo, con viento en contra 20 km. Bueno, estos tíos son duros, se preparan para eso. Debe molar, a lo mejor algún día retomo lo de los rollers, pero en fin, por ahora mi rollo es el rock.

Salen los buenos, los segundos más buenos, los terceros más buenos...se van sucediendo los distintos dorsales, la verdad es que es impresionante que casi 30.000 tíos se vayan sucediendo en la salida sin problemas ni aglomeraciones.




PUM y a correr

Por fin, venga, vamos al tema, que para eso hemos venido. Después de ¿entrenar? y de toda la logística del viaje, ya por fin todo cobra sentido. Estoy pateando el primer kilómetro de la Behobia, 19 más y estoy en meta. A disfrutar.

Porque eso es lo que se hace esta carrera, disfrutar. No es para batir récords, tampoco es un desafío deportivo de envergadura como la Media de Segovia antes de que cambiaran el recorrido este año. Quiero decir, la Behobia es dura porque tiene dos subidas fuertes Gaintxurizketa y Miracruz, pero también tiene bastantes tramos en descenso. Sin ir más lejos, una Tapia de la Casa de Campo con tres kilómetros más le gana en dureza de lejos.

Animación todo el recorrido. No pasas 500 metros sin que haya nadie animando. Haga el tiempo que haga. Si alguien se tira el rollo y lee el nombre del dorsal y saca un "Aúpa David" ya parece que corres cuesta abajo y con el viento de culo.

Hay bastante viento, me aprovecho lo que puedo de algún rebufo como si fuera un ciclista, sobre todo en Gaintxurizketa que es el tramo más expuesto. Noto que me adelantan bastantes, confío en llevar un ritmo constante y hacer mi carrera, pero las dudas surgen. Como quiero desfogarme en los últimos tres kilómetros, sigo a mi bola, aunque con la sensación de que no va a ser una carrera como para enmarcar.

Paso el primer alto con el objetivo cumplido, ritmo de velocidad de crucero, piernas sueltas y oxigenadas, respiración rítmica. Agradezco el desayuno brutal, noto que voy con bien de combustible.

Los toboganes de Lezo, la parte más bonita. Carretera con subebaja, animación, paisaje muy entretenido por lo verde y las casas, la gente animando, el pirata en su cuneta.

En el puerto de Pasaia, respecto a otras ediciones, hay mucha más gente. Es curioso que se haga tan pesado siendo la parte horizontal del perfil, casi prefiero una cuestecita. Las rectas largas y el paisaje industrial no es algo que a un corredor -por lo menos al que suscribe- le vuelvan loco, por más que sea curioso trotar entre grúas, naves e instalaciones portuarias.




¿Ves? Si es que esta carrera se hace con la picha, ya estoy subiendo Miracruz. Las piernas lo notan, pero aquí sí que es un pasillo de gente y el esfuerzo se hace no llevadero, pero sí bastante soportable. La ventaja de conocerme el recorrido es que sé en todo momento lo que me queda de cuesta. Es durilla, la jodía, pero se acaba pronto.

Ahora sí que toca recoger beneficios, hacer caja de la altitud y bajar hasta el Kursaal. Sé que es todo bajada hasta el final, lástima no estar un pelín más fuerte o menos gordo y apretar más. Bueno, aún así me lanzo con las últimas fuerzas que me quedan.




Lo mejor, la última curva en 90º junto al ayuntamiento. No he visto el peká, pero creo calcular bien cuando estimo que es un kilómetro hasta la meta. Me animo dando unas palmas y la gente me anima a mí. Hago el patético sprint final que acostumbro y aún cuando paso el puente sobre el Urumea echando el bofe y renegando ya de correr, veo el arco de meta y subo los brazos. Subidón, subidón.

Miro el tiempo, una hora, treinta y seis. Uf. Bueno, es como una hora y cuarenta o cuarenta y uno en media maratón. Está dentro del margen. Un poco alto, pero el entrenamiento y la preparación no ha dado para más.

Recoger la bolsa con avituallamiento, la mochila...tan bien organizado como el resto de la carrera. Una gozada.

Muy contento, no es que sea un éxito deportivo del copón, pero he disfrutado de nuevo esta carrera a tope. El año que viene es la emblemática edición número 50, me parece que voy a hacer otra visita...






Arantza Ezquerro


Por la tarde me enteré que una mujer falleció cuando estaba a punto de terminar, en el último kilómetro. La parada cardiorrespiratoria esa que da de repente. Estaba corriendo con su pareja. No me puedo ni imaginar el disgusto y la tristeza. Sin palabras.



Igualmente sin palabras me dejó el gesto del ganador de la carrera, Pedro Nimio, regalando su triunfo a la familia de la joven. Hay gente que hace cosas que le reconcilian a uno con el resto de la humanidad y le hace recuperar la fe en las personas de verdad, no en los mequetrefes que se creen que nos representan en ciertos ámbitos de la vida (políticos, laborales, mediáticos, culturales...pero es una opinión personal que no viene al caso en este blog, lo importante es lo que hizo este corredor). Si has leido hasta aquí, tienes que leer esto:




http://pedronimodeloro.es/blog/76-behobia-san-sebastian-el-valor-de-las-personas.html

que es la crónica de su propia carrera de este corredor gallego, que me acaba de poner los pelos como escarpias. Qué tío más grande. Este sí que es un corredor de los buenos. Con ese gesto que habrá salido como un "punto" que le dio y sin pensarlo mucho, seguramente sin proponérselo nos ha representado a los 23.000 corredores de ese día. Creo que a los amigos y familiares de Arantza les habrá llegado este abrazo colectivo gracias a la donación de Pedro. Gracias, por hacérselo llegar.





martes, 14 de mayo de 2013

XI Media maratón Martín Fiz



12 de mayo de 2013

21.097 km / 1h36m09s / 4m33s x km


MMP


¡¡ Mejor marca personal !!! Oé - oé - oé. Qué contento estoy, copón. Me salió la carrera perfecta. Y sin pretenderlo ni mucho menos esperarlo. De hecho, me la tomaba como una especie de entrenamiento de calidad. Con la excusa de ver a mi cuñado David nos subimos el clan junto con Nuria a Vitoria, para correr (yo) la media de Martín Fiz. El viernes y el sábado tranquilamente, haciendo vida familiar. Nos dio tiempo incluso de ver a Kris, Jesús, Sofía y Jon. Y el domingo el gran día, para mí, no para el resto de la expedición que se quedaron roncando.


Mañana gris en Vitoria, las ventanas de la ciudad se desperezan con los dos speakers y la música petarda de rigor

Preparado...




El gran (y no muy grande) Martín, supervisando la salida

Ambientazo matinal, con el jaleo de patinadores, maratonianos, mediomaratonianos y diezmileros...todos buscando un sitio para echar el pis psicológico. Emocionante el minuto de silencio por lo de Boston. Enseguida, cuatro mil nosecuantos en la salida, primero los rollers y luego:


PUM y a correr.

Y a correr por Vitoria

Pues eso, ya venía con las cuentas hechas, no como el año pasado, que por palomo no seguí el globo. Este año sí; el globo de 3:15 en maratón es el de 1:38 en media maratón. Además, a diferencia de otras carreras, esta vez salgo delante de él. Hasta el kilómetro tres o así no me adelanta, consigo ponerme en su estela y mantener el ritmo; no soy el único, vamos un numeroso grupo (casi todos de la media maratón) siguiendo al amable apañero corredor.

Hay un hombrecillo negro, debe medir menos de 1.60m, con la camiseta del maratón de Lisboa. Buen augurio, ahí tengo yo la mejor marca en la "distancia de Filípides" como dicen los cursis. Qué buenos recuerdos de aquel maratón en Lisboa en el 2008.


Seis, doce kilómetros...le consigo aguantar, aunque se me escape unos metros, siempre acabo teniéndole a la distancia como para pincharlo, cosa que no se me ocurriría porque noto que me va haciendo la carrera, es una referencia continua.


Miro el tiempo en nosecual kilómetro y haciendo las cuentas de cabeza me da la impresión de que va demasiado rápido, pero no es plan de ir tocando los cataplines, yo le sigo a mi ritmo que es más o menos el suyo.

En el kilómetro 14 ahí tengo a la familia. Subidón. Me hace falta porque al poco gira hacia las calles tan largas que hacen un bucle al que no se llega nunca, y encima con cuestas. El globo le tengo a treinta metros, pero alcánzalo tú que a mí me da la risa.


Ya imposible cogerle...a ver quién encuentra a Wally de verde


El bucle en la avenida Maíte Zúñiga es infernal, no se acaba nunca. Los bucles cuando están al principio de la prueba molan, porque así ves a los primeros. En esta carrera se puede ver a los de maratón en patines, maratón a calcetín y media maratón. Al final de la carrera, uno solamente piensa en terminar, y ver los que van delante desmoraliza bastante. Pero qué se le va a hacer.

Yo sigo como puedo al globo.Al final sigue su camino y me quedan dos o tres kilómetros -no recuerdo- de disfrutar más que de penar. Ya con animación porque estamos en todo el centro de Vitoria, entro contento y crecido. A lo lejos mi astigmatismo y sudoración me permite ver el reloj ¿¿Menos de 1h37m? Qué puntazo. Termino la carrera como si hubiera ganado el campeonato mundial en Göteborg, como el padrino y promotor de la prueba, el mítico Martín Fiz.

Mi pequeño gran triunfo






Total, que más contento que unas castañuelas. Madre mía el día que corra con un IMC cercano a 25...

Clasificación oficial


martes, 19 de marzo de 2013

VII Media Maratón de Segovia

17 de marzo de 2013

21.097 km / 1h43m47s / 4m57s x km

 




Una pena, hombre. Habiendo movilizado a toda la familia, la edición de la Media de Segovia que peor tiempo ha hecho. No por mí, que me lo pasé guay corriendo bajo la lluvia, sino por mis tiernos infantes y por mi chica, que acabaron caladitos. Total, para verme solamente un momentín.



Eso sí, la logística de lujo, claro. Comparado con las otras ocasiones I, II, III, IV, V y VI que he corrido, menuda diferencia. Recoges el dorsal el sábado tranquilamente, te tomas unas cañas con Fernando y Carmela por los mesones del centro, te despiertas en el hotel (Venta Magullo, super amables, me dejaron ducharme después de la carrera), desayuno de los campeones, salida sin prisas...lástima de diluvio, los chavales hubieran flipado con los paracas. En fin, otro año será.

En el ambiente de la salida, todos deseando salir para entrar en calor y disfrutar del chaparrón haciendo deporte.


Llueve, definitivamente a mala leche. Joer, esto va a ser épico.



BOUUUUUM y a correr. Vaya con los artilleros, menudo zambombazo y peste a pólvora.


Mucha gente, en seguida se estira la cosa, aunque hay alguno que no se ha colocado bien en la salida y avanza haciendo slalom entre la gente y los bordillos...chico, me parece que este año no es como para batir el récord, pero tú verás.


Llueve, llueve, llueve. Mola.

Aparte del recorrido en los alrededores del hostal Magullo (no sé cómo se llama esa zona), en seguida bajamos a la zona que yo llamo "el parque", del kilómetro 6 al 9.5. Me encanta, además este año nos meten por unas callejas muy estrechas, chapoteamos barro como niños pequeños y cuando nos aglomeramos en un repecho es E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-A-R la nube de vaho que despedimos, generamos una niebla cálida sobre nosotros, parece un concierto de Estopa.

Hay dos cuestecitas que son una putada, se me clavan en los riñones como si de repente estuviera tirando de una dovela del acueducto.

Y ahora viene la de verdad, la que sube desde el puente del Eresma hasta el acueducto.




A pasarla como se pueda. Luego viene la recompensa: una pequeña bajada y el paso por el acueducto con gente debajo de los paraguas animando, alguno hasta se toma la molestia de leer el dorsal y decir el apellido (que es lo que me he puesto).

Y ahora el recorrido por el casco antiguo. Genial, todo un acierto, no sabes si subes o bajas, distraido como estás viendo la Segovia menumental, toda exterior, que dirían los Gomaespuma. Obviamente es la zona con más gancho de la carrera. Se pasan los kilómetros sin darse uno cuenta...

... o sí. Al enfilar hacia la parte nueva, el principio del fin, noto las piernas como si fueran de madera. NO, NO y NO. No admito pensamientos negativos, ni pensar siquiera en parar o continuar andando. A pesar del cansancio y de que noto que voy cayendo como una piedra en los tiempos de paso por kilómetros, consigo salir de una racha de malas tentaciones; en parte porque en breve voy a estar en el acueducto y esta zona de crisis pasa rápido..

Le hago un corte de mangas -mental- al pastor de la estatua y sigo por un barrio relativamente reciente (comparado con la parte antigua de Segovia, claro) que me encamina  a la bajada serpenteante del acueducto.

Esta parte del recorrido es la de siempre, así que la cuestecita no me pilla de nuevas. Otra vez, enfilo la calle hacia el acueducto y FLIPO con la gente animando a un mierdecilla como yo.




Al final, numerito con los brazos al cielo. No es por la foto, lo puedo asegurar, es símplemente una forma de descargar adrenalina, de saber que he llegado, de percibir que tantas noches corriendo tipo futintunaij como la canción de los chanclas y título del blog han valido la pena, siquiera parcialmente.

¿Y el tiempo? No voy a hacer la gracieta de responder "lluvioso", el tiempo de 1h44m me parece muy bueno, respecto a la de Getafe, solo siete minutos más.

Como siempre, la media de Segovia ha cumplido perfectamente. El nuevo recorrido me encanta, sobre todo la parte del parque, con sus dos repechos tremendos y las callejas estrechas. La parte monumental una pasada. El detalle de personalizar el dorsal es un puntazo. La animación de la gente, qué decir, más de uno no habría(mos) llegado hasta el final sin esos ánimos. Sí, este año no hay forro ni guantes en la bolsa del corredor, bueno, sobreviviré sin eso. El año que viene, a intentar bajar la marca, así caiga lluvia o nieve.

sábado, 2 de febrero de 2013

XIV Media maratón Getafe

27 de enero de 2013

21.095 km / 1h38m25s / 4m43s x km




Bueno, pues otra más. Algún día tendré que ponerme a hacer un resumen. El día que baje de 1h38m. Hasta entonces, ahí ando, peleando contra mí mismo:

Cada carrera tiene su aquel, esta ha sido una carrera utilitaria. Me ha servido para quitarme el lastre navideño, así como para no excederme en las sucesivas bacanales gastronómicas que la tradición y los compromisos obligan. Por 17 euros (creo recordar que costaba la inscripción) pocas dietas más baratas puedo encontrar.

Pues nada, solipleis que me fui aquella mañana al pueblo de al lao. A menudo el que llega tarde es el que más cerca sale, pues eso me pasó a mí. Después de desayunar tranquilamente, poner un poco en marcha la casa, me fui a la carrera. Tranquilamente. Ya ves, una vez que consigo aparcar, me doy cuenta de que me quedan tres minutos para recoger el dorsal. Joer, menudo calentamiento, un sprint entre los coches y la marabunta. Al final, todo bien, una vez con el dorsal (eso sí, sudando antes de empezar, lo mejor para coger frío y una buena cagalera) me dio tiempo a ponerme en la línea de salida.

Estaba yo filosofando sobre el hecho curioso de que los estiramientos se contagian como los bostezos; en una aglomeración de corredores a la espera del pistoletazo de salida, uno no tiene otra cosa que hacer que charlar con el de al lado y estirar algo porque siempre será mejor que estar de pie quieto. También te puedes atar por quinta vez las zapatillas para que tengan exactamente la misma tensión la de un lado y la del otro, pero eso es una cuestión a tratar en otra entrada. Pues bien, ves por el rabillo del ojo que uno se sube en un bordillo y estira el gemelo, pues al ratito estás buscando tú un bordillo. Si te doblas buscando los tobillos con las manos, pronto verás a otro hacer lo mismo.

Pues en estas estaba yo cuando

PUM y a correr.

Ala, vamos para allá. Mucha gente, mucha. Más o menos se puede correr, menos mal que no me estreso con la marca. El primer kilómetro, casi a 5m. Nada, tranqui, en seguida ya estoy en mi ritmo cochinero de 4m45s-4m40s.

No se puede decir que es la carrera más monumental en la que he estado, pero bueno, como la conozco de otro año pues sabe uno las cuestas y tal, así que se hace llevadera. Noto que además de estar fondón, no voy mal de fondo, porque las piernas van muy bien. A mi ritmo, claro, que uno ya tiene unas cuentas carreras en la chepa y va aprendiendo a regular.





6 km

Pues no lo ví, en el pk 7 llevaba ritmo de haber pasado el pk 6 a 28 minutos. Genial.

12 km

56 minutos justos. Eso es a 4m40s clavado. Mejor que mejor. Parece que no va a haber sorpresas desagradables de 1h40m o más. Las fuerzas y las piernas, correctas. Ya se notan, pero hay que aguantar otros seis kilómetrillos más.

18km

(aquí no recuerdo el tiempo, tampoco paré el cronómetro). Hecho, tengo el 1m38s conseguido. Han costado los últimos dos kilómetros pero como ya estamos en zona con bastante gente y el trazado es más variado se lleva mejor.

21.095 km



Qué puntazo que terminamos cuesta abajo. Terminar en un estadio siempre tiene la ventaja de andar nada más terminar por un mullido y salvaje césped. Estiro un poco. Me pongo la camiseta de regalo para no enfriarme. Sin más ceremonias, andandito al coche para en veinte minutos estar duchado y en casa.

Pues ha empezado bien el año, deportivamente hablando, claro. Ya sabemos como está todo. La siguiente, Segovia, un año más.






 Menuda diferencia de fotos, me ha encantado la foto de la muchacha. Está claro que no importa el tiempo para disfrutar corriendo. Olé también por el de 1m17s, quien pudiera. (Espero que no me denuncie ninguno por poner sus fotos).